jueves, 31 de octubre de 2013

Sony A7R y A7
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
Sony A7 y A7R: toma de contacto 33
Son desde hace unas horas el nuevo objeto de deseo del escaparate fotográfico. Y es que las nuevas Sony A7 y A75 se han convertido en las primeras cámaras sin espejo de la firma que se atreven con sensores de formato completo. Aunque habrá que esperar hasta mediados de noviembre para verlas en las tiendas, en Quesabesde ya hemos pasado un rato conociendo de primera mano estas cámaras, que sueñan con revolucionar el mercado fotográfico y quién sabe si también el del vídeo.


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Para celebrar el estreno, y sobre todo para poder tener entre las manos las primeras unidades de estas NEX (que ya no se llaman NEX, por cierto), este miércoles viajamos hasta Madrid. Un primer acercamiento que, si bien no nos permite saber de qué son capaces esos sensores de 24 y 36 megapíxeles, sí nos ayuda a hacernos una idea más aproximada de lo que son y pretenden ser estas cámaras.
Sobriedad
Teniendo en cuenta que estas dos cámaras se conocieron durante mucho tiempo como NEX-9, no es de extrañar que se esperara un diseño similar al visto en otros modelos de esta gama. Finalmente Sony ha optado por unas líneas algo más cercanas a las de la Cyber-shot DSC-RX1, y si se nos permite la comparación, con unos toques de OM-D de Olympus.

Sony A7
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
Bastante pequeñas si tenemos en cuenta que albergan un sensor full-frame, su peso, de unos 400 gramos, también es muy comedido. Algo que, sin embargo, no es incompatible con una buena ergonomía y una firme sensación entre las manos.
La empuñadura es equilibrada y suficiente para sujetar el cuerpo junto a las ópticas que este mismo miércoles veían la luz con la cámara. Si se trata de usar objetivos más voluminosos, tal vez alguno querrá recurrir a la empuñadura vertical opcional, aunque la estética del conjunto no nos acaba de convencer demasiado.

Empuñadura
El diseño rectilíneo de las nuevas Sony se hace más patente con el uso de la empuñadura opcional

Sony A7R y Sony A7
Dos diales de control, muchos mandos, botones de función configurables, accesos directos físicos y en pantalla… todo lo que cabría esperar de una cámara de este nivel está en su sitio.
Otra buena noticia: el menú de pantalla abandona la estética NEX, tan poco adecuada para una cámara seria, y apuesta por una nueva estructura mucho más sobria y cómoda de manejar. Seguro que algún usuario de la las NEX-7 y NEX-6 la echa de menos en su cámara.
Visor electrónico
Aunque los más nostálgicos identificarán esa pirámide que corona las A7 y A7R con el característico pentaprisma de las réflex, en realidad estas cámaras integran un visor electrónico, tal y como ocurre desde hace ya años con todos los modelos de Sony.

Visor electrónico
Pese a la coronación en forma de pentaprisma, las A7 y A7R incorporan un visor electrónico. En la imagen, con el nuevo Zeiss FE 55 mm f1.8

Sony A7
El visor que emplean estas Sony puede ser un duro competidor para un visor tradicional. A primera vista la verdad es que convence
Pese a tratarse de una prestación que sigue despertando reticencias en muchos usuarios, la buena noticia es que, por tamaño y resolución (2,4 megapíxeles), el visor que emplean estas Sony puede ser un duro competidor para un visor tradicional. Cierto que no es lo mismo, que el refresco sigue teniendo su aquel cuando la luz flojea, pero sus ventajas son también innegables.
Habrá que esperar a tener una unidad final entre las manos, pero a primera vista la verdad es que convence. ¿Tanto como el de la Olympus OM-D E-M1, que a día de hoy pasa por ser el mejor de su clase? Nos sobra algo de contraste y saturación en las imágenes –efecto típico de la tecnología OLED-, pero mejor esperar a una cámara definitiva antes de dictar sentencia.

Sony A7
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
¿24 o 36 megapíxeles?
De diseño y prestaciones casi idénticas, el sensor utilizado es lo que marca diferencias entre la A7 y la A7R. La primera apuesta por un captor de 24 megapíxeles que guarda parecidos con el usado en la A99 pero del que, dos años después, cabe esperar mejoras, gracias entre otras cosas a la entrada en acción del procesador Bionz X.

Sony A7
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
¿Merece la pena el desembolso de 600 euros más por este plus de resolución de la A7R? ¿Se resentirá el rendimiento a sensibilidades altas al aumentar la resolución?
La A7R va un paso más allá y se atreve con un CMOS de 36 millones de puntos que, además, elimina de su estructura el filtro de paso bajo para potenciar el nivel de detalle. En este caso las miradas se dirigen necesariamente a la Nikon D800E, con idénticas prestaciones en su sensor.
La lista de preguntas es bastante obvia. ¿Merece la pena el desembolso de 600 euros más por este plus de resolución de la A7R? ¿Se resentirá el rendimiento a sensibilidades altas al aumentar la resolución y por tanto disminuir el tamaño de las células del sensor? Tomamos nota de todo ello.
El lío de las ópticas
De lo que no hay ninguna duda es que estos sensores necesitarán buenas ópticas para poder exprimir todo su potencial. Y éste es posiblemente el punto más delicado de esta pareja de formato completo, que se cuela en una montura dedicada en exclusiva hasta ahora a sensores APS-C.
Por ahora Sony ha hecho los deberes con cuatro objetivos FE, es decir, con montura E y compatibles con captores de 24 x 36 milímetros. Excepto el sencillo 28-70 mm f3.5-5.6, el resto de opciones firmadas por Zeiss (un 24-70 mm f4 estabilizado, un 35 mm f2.8 y un 55 mm f1.8) andan entre los 800 y los 1.000 euros.
Sony ha acompañado a sus nuevas cámaras de cuatro objetivos FE, es decir, con montura E y compatibles con captores de 24 x 36 milímetros. Excepto el sencillo 28-70 mm f3.5-5.6, el resto de opciones firmadas por Zeiss (como este 35 mm f2.8) andan entre los 800 y los 1.000 euros

Zeiss 35 mm f2.8 y 55 mm f1.8
Álvaro Méndez

Zeiss 35 mm f2.8 y 55 mm f1.8
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
Sony tiene por delante un duro camino de evangelización para poder comunicar su aparentemente caótica oferta de ópticas y monturas
No es ninguna novedad a estas alturas, pero nunca está de más recordar el volumen y precio de las ópticas para formato completo antes de lanzarse a esta piscina.
De todos modos, hay más opciones. Por ejemplo, echar mano de objetivos antiguos mediante adaptadores. Sin duda un terreno en auge en los últimos años y en el que estas A7 y A7R tendrán mucho que decir.
Quienes decidan pasar de una NEX a estos nuevos modelos también pueden aprovechar sus ópticas. Al montarlas en las A7 y A7R se aplicará automáticamente un recorte –de otro modo el viñeteo sería muy visible- y se reducirá la resolución a 10 y 15 megapíxeles, respectivamente.

Sony A7R
Foto: Álvaro Méndez (Quesabesde)
El 70-200 mm f2.8 original para montura SAL acoplado a la A7R mediante uno de los dos adaptadores que la firma ha presentado.
También se puede echar mano de las ópticas para la montura A de Sony y emplearlas en las nuevas cámaras mediante el correspondiente adaptador con o sin espejo SLT. En el segundo caso la pregunta es obligada: ¿para qué queremos entonces una A99?
Muchas preguntas y una certeza: Sony tiene por delante un duro camino de evangelización para poder comunicar su aparentemente caótica oferta de ópticas y monturas.
FFF: futuro de formato completo
Una fecha para recordar, apuntaban ayer desde Sony. Y es que estas A7 y A7R nacen con la vocación de ser una especie de punto de inflexión. No sólo para su gama, sino para el mercado profesional.
Dejando a un lado el tema de los espejos, ¿se escribe el futuro en clave de formato completo o hay espacio para otros tamaños de sensor? El precio (1.500 y 2.100 euros) y el tamaño siguen siendo por ahora una brecha considerable para la mayoría de usuarios, aunque es cierto que se trata de un abismo cada vez más fácil de bordear.
¿Se escribe el futuro en clave de formato completo o hay espacio para otros tamaños de sensor? En cualquier caso, queda claro que estas A7 y A7R nacen con la vocación de ser una especie de punto de inflexión

Sony A7
Álvaro Méndez

Por ahora el presente son estas Sony A7 y A7R y el inmenso sensor que queda al descubierto –esperemos que el sistema de limpieza esté a la altura- al quitar la óptica. El resto de preguntas esperamos poder responderlas a base de tiempo y con estas dos novedades entre las manos.

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